martes, 30 de junio de 2009

....Soles rotos....

Rebuscando soles rotos que quedaron atrás por falta del preciado fluido denominado tiempo, encontré un texto. Esperaba sentado, con su título ya olvidado. Su significado anterior quizás ya se tornó diferente… quién hablara de otoño estando el verano abofeteando el alféizar de la ventana.
Mas no hay enigma más enrevesado que los misterios de las lagartijas, quizás solo letras, quizás anticuadas, quizás representan el disfraz de los segundos presentes. Pero será disfraz o realidad…. El retorno o simplemente una brisa fugaz…



Sin darse cuenta cambió de color.
Sin darse cuenta, el verano bajó de su trono marchando sobre escaleras de rayos de sol.

La frescura de los árboles de hojas verdes se torno dorada, roja, cálida, tan cálida, como un abrazo sin final.
La lejanía de las hojas, se transformo en dulzura.

Y se cayeron, sin más, en cuanto él se fue. Dejo su corazón desnudo como las copas de los árboles, al igual que la explosión de colores calidos, como una cerilla incendiaria de una hoguera de leña seca. Seca, áspera… y el fuego dulcificó las formas… y las redujo a ceniza…

Desearía que no hubiera llegado, que el esplendor hubiera sido eterno, pero el destino marcó el ritmo de su llegada y el ritmo de su ida. Sin él, las cosas parecían mejor, su llegada se tradujo en color, pero al ausentarse de nuevo… el frío.

Frío, y la lluvia se metió en sus ojos…

Otra vez, como cada año el otoño pasó, preparando para el invierno a los bosques…a la espera de un nuevo verano, de una floreciente primavera.