martes, 13 de mayo de 2008

Cuento de luna (1/3)


Érase quesera, una vez, que hacía quesos. De cabra, de oveja, de vaca, de leche de amapolas y diente de león. Érase quesera, una vez, que los hacía redondos, cuadrados, triangulares y tetragonales.

Érase quesera, que quesos hacía, que quesos comía. Y en un día de gran inspiración con la mejor leche y la mejor cuajada, hizo un queso cual luna llena. Grande, redondo, tan blanco y resplandeciente que expuesto al sol cegaba la mirada de aquel que lo miraba.

Érase, que se era una vez, un príncipe que pasaba por un bosque cercano a la pequeña quesería. Atraído por el inconfundible aroma decidió comprar un queso a la simpática quesera. Y de buenos que estaban los quesos y buena que era la casera y viceversa, habló así el buen caballero:

- ¿Qué será quesera, si te pido en matrimonio?

- Qué será, qué será…pronto la adivinarás, si me aportas la luna como regalo de bodas.

Ay, ay, pesaroso el príncipe se queda, mas decidido pide a cambio otro regalo de bodas por adelantado: el gran queso blanco resplandeciente (Sí, como el anuncio del detergente)

Acepta la quesera de muy buen grado, quien hace un queso hace cientos y luna solo hay una.

3 comentarios:

Reichi dijo...

Quesera era, pues quesos hacía, los cuales vendía a amantes del queso.

El amante del queso encontró así a su querida quesera, la cual le pidió la luna a cambio de su mejor queso.

El amante aceptó complaciente y...

que ocurrirá después en el país de los quesos???!

Anónimo dijo...

queso... ummmmm voy a hacerme la cena...

Anónimo dijo...

Segunda parte YAAAAAAA

Quiero saber que pasa!

...y hacer el correspondiente resumen!!

jaja

The perfect team!:P