lunes, 2 de junio de 2008

Historia de luna(1/3)

Ciertos momentos no pueden captarse más que con la memoria, para los cortos de imaginación una traza de cielo para adornar el texto…

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Y mi corazón latía entre 160 y 180 pulsaciones por minuto aproximadamente. El caudal bombeado era una magnitud difícil de determinar. Mi respiración ahogaba los sonidos del bosquecillo y la pendiente de la cuesta que trataba de subir, provocaba en mi ascenso un descenso de la frecuencia de mis zancadas.

Aquella tarde nada me hacía presagiar el evento que a mí alrededor se producía, como una fuga en una cañería de un pueblo deshabitado, como un secreto a gritos que nadie quería escuchar

----:’;’;’;’EL SOL:”:”:”:”---

Al oeste el sol se prestaba pronto al amanecer del otro lado del mundo. Su cara del color de una naranja recién cortada, pulpa jugosa de la que emanaban lágrimas de zumo amargo y dulce. ¿Por qué? Sus rayos se alargaban hacia el horizonte intentando abarcarlo todo, como si quisiera recoger las moléculas de aire y llevárselas al otro lado. Rojo, naranja, rojo… pasión, furia, decepción, impotencia… no lograba calentar el aire que se tornaba frío y húmedo al respirarlo. Sus ánimos rozaban la tierra mojada, y gritaban en silencio sin saber qué decir.

Como un niño que intenta guardar en sus manos el chorro de una fuente helada, sus rayos se agotaban, flaqueaban las fuerzas, solo quedaba el brillo, el color…un color vivo y tan triste al mismo tiempo… escalofríos arañaban la líneas desdibujadas por la neblina.

Miré al otro lado…nada… y sin embargo todo estuvo claro al alzar mi mirada hacia las ramas de los árboles, que ya se habían puesto su pijama y se preparaban a dormir.

3 comentarios:

Luis Carnero dijo...

Parar el medio de transporte, aparcarlo en la cuneta, sentarse tranquilo encima de un robusto cipres que paso a mejor vida, ver amanecer en el oeste y fijarse que en el plano opuesto cae la noche.
Contar las estrellas para no dormir, esperar los pequeños momentos, ser cometa, en la inmesidad, ver más alla...
Y todo se irá: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais... todos estos recuerdos (ejem) se perderán como lágrimas en la lluva" (Blade Runner)
Para que todo se forme cíclico y vuelva al principio!

Anónimo dijo...

El transcurso de la vida es igual que un rayo de sol, siempre recto y hacía delante; al comienzo con mucha energía(Fuerza y Potencia son sus características), después, a medida que pasa el tiempo obstáculos en su camino hacen que se vayan desvaneciendo, pero siempre con la espernza de encontrar algún generador al cual acoplarse para volver a recargar energía y seguir viajando y viajando hasta alcanzar el tan ansidado Horizonte.

MFS.. dijo...

Inma...ya se porque aquellas riñas con maria...porque en realidad ¡tú eres la periodista!jaja. No ahora en serio...lo prometido es deuda. La verdad es que tus historias están muy bien, algunas tristes, pero bonitas igual.

Y la luna, ¿siguió esperando a su lobo? o quizás encontro en el cielo lo que la tierra le negaba, un amor...¡un amor que acabara con su tristeza!, ese que tanto anhelaba. Sí, lo encontró. Y yo fui testigo aquella noche. Desde mi ventana, sigilosa, espere el momento exacto en que la Luna me sonrió, como haciéndome cómplice de su historia...ahora sé que volvió a enamorarse y no puedo decir de quién. Juré guardarle el secreto.

Sí, esto de leer tu blog, definitivamente, hace que se nos vaya la pinza a todos...tu sigue escribiendo historias que yo desde aquí las leeré encantada, besitos